|
www.flickr.com/photos/nikov/15236135156 |
3:47 AM
Bip, bip.
-¿Hola?........De acuerdo. Ahora voy.
En silencio me visto, me lavo la cara y salgo de casa sigilosamente. Al salir a la calle me cruzo con un gato. Nos miramos el uno al otro y nos deseamos suerte mútuamente. Desaparece entre las sombras, también en silencio. Al cabo de diez minutos ya me encuentro circulando por la autopista a toda velocidad. Tres carriles para mi solo. En todas las emisoras oigo locutores que hablan pausadamente, susurrando, como si temiesen despertar al resto del mundo. Apago la radio. El sonido monótono del motor empieza a ejercer un efecto hipnótico que en lugar de adormilarme hace que empiecen a fluir pensamientos a mi mente. Imágenes pasadas se mezclan con expectativas futuras. ¡Es tan difícil mantenerse durante unos segundos en el aquí y el ahora!
Definitivamente, debo continuar practicando.
El indicador luminoso de la autopista me avisa de que estoy a 9 minutos de mi destino.
Pasan pocos minutos de las cuatro de la madrugada y me pregunto qué sentido tiene lo que estoy haciendo. Responder a esa pregunta no es fácil. Me doy cuenta de que apelar a la profesión que uno ejerce no es una respuesta satisfactoria. Las profesiones no son más que una manera de plasmar en nuestra vida aquellos
valores que son importantes para cada uno de nosotros. Mientras aparco el coche recuerdo que hace años leí una entrevista a un famoso pastelero. Contaba que le costó mucho decidirse por una profesión. De hecho estuvo dudando entre convertirse en payaso, escritor o pastelero. Ante la sorpresa del entrevistador, él simplemente respondió: "De hecho yo lo que quería era
hacer feliz a la gente. El camino elegido para mi era un aspecto secundario."
Saludo a mis compañeros insomnes y me dirijo al vestuario. Mientras me pongo el equipo de trabajo no puedo dejar de pensar en el curioso pastelero. Nuestra profesión no es una jaula que nos aprisiona. Solo es un medio de expresión de nuestros
valores más importantes. Es muy fácil cambiar de profesión. Es más delicado cambiar nuestros valores.
Amanecerá en un par de horas. Quiero
ayudar a ese hombre que espera asustado e impaciente a que alguien pueda aliviar el dolor que siente su corazón. Así de simple.
Dedicado a mis compañer@s insomnes.