Según un estudio publicado ya hace muchos años ( y del cual todavía hoy tengo curiosidad por conocer su metodología) se definieron esas tres cifras. El componente no verbal es responsable del 55% del mensaje. El paraverbal del 38%. Y el verbal.....de un raquítico 7%. O sea que las palabras representan menos de una décima parte de nuestro mensaje. ¿Sorprendidos? Probablemente no, ¿verdad?. Seguro que sois capaces de recordar alguna situación en la que vuestro interlocutor os decía una cosa y vosotros dudabais de sus palabras: "¡Te digo que estoy bien cariño!", "No me pasa nada papá", "No estoy nada preocupado por mi puesto de trabajo", "¡Oh, qué ilusión! El regalo que yo quería".
Creo que conocer estos porcentajes sirve para, además de ser objeto de animada tertulia de café, sacar dos conclusiones importantes. La primera es que lo que decimos es menos importante que el cómo lo decimos. Vale la pena recordar que en caso de incongruencia entre el mensaje verbal y el no verbal, la persona que nos escucha siempre hará caso a nuestro mensaje no verbal. O sea chicos que se ha acabado eso de "Si cariño yo también te quiero mucho" mientras no apartamos la mirada de la pantalla del televisor para no perdernos ni un segundo del partido de fútbol. Si no me hacéis caso la noche acabará mal. Os lo aseguro.
La segunda conclusión que yo saco es que si queremos comunicarnos de forma efectiva y que nuestro mensaje llegue con la máxima potencia a nuestro interlocutor debemos conseguir mantener alineados los tres componentes (no verbal, paraverbal y verbal). Esas tres flechas deben apuntar al mismo punto de la diana para que el impacto sea máximo.
Y para acabar esta entrada una curiosidad: Seguro que todos habéis oído hablar (y seguro que también habéis comprobado) de la intuición femenina. Esa facultad paranormal que comparten todas las mujeres y que en ocasiones nos ponen en aprietos a los hombres. Pues bien, no tiene nada de paranormal. Se trata de una mera cuestión anatómica. Os cuento: El hemisferio izquierdo de nuestro cerebro se encarga de analizar las palabras que escuchamos de nuestro interlocutor. Como si de un ordenador se tratase, se dedica a atribuir un significado a todas y cada una de las palabras que entran por sus oídos. El hemisferio derecho se encarga de detectar e interpretar todos los signos de tipo no verbal y paraverbal que emite constantemente nuestro interlocutor. Pero se necesita una estructura que conecte ambos hemisferios y que permita que seamos capaces de atribuir el significado final al mensaje que nos están dando. Esa estructura cerebral es el cuerpo calloso. Una estructura formada por un número muy importante de neuronas que conectan ambos hemisferios.
Pues amigos míos (y lo diré bien bajito), el cuerpo calloso del cerebro femenino contiene más neuronas que el masculino. O dicho de otro modo, los dos hemisferios del cerebro femenino están mejor conectados que los del cerebro masculino. Eso permite a las mujeres (hablo en términos generales, por supuesto) interpretar mejor todos los signos y hacerse una idea más precisa del significado real del mensaje.
Espero que después de leer esta entrada entenderéis que es posible cerrar la boca y no dejar de hablar.

Hola, creo que tienes mucha razón y que siempre se aprende escuchando. Yo soy o era de aquellas personas que pensaba que cuando tenías una conversación con otra persona la mejor manera de que ese interlocutor supiera que tenía toda toda tu atención era ayudándole a terminar sus frases . Pero este verano tuve la suerte de acudir a un curso en el que me enseñaron que cuan equivocada estaba. hoy tú vienes a decir lo mismo y yo no puedo menos que aplaudir tu reflexión e intentar seguir ese consejo.
ResponderEliminarUn abrazo
Acabar las frases de tu interlocutor es un intento (muchas veces involuntario) de imponer tu "mapa" de la realidad a su "mapa" de la realidad. Pronto hablaremos de la realidad y los "mapas" mentales. De hecho, este concepto se encuentra en el núcleo de la PNL. Gracias por tu aportación.
ResponderEliminarY yo que creía que cuando callaba estaba siendo políticamente correcta...
ResponderEliminarBueno, puede ser que sí o puede ser que no. El tema es que si tu comunicación no verbal muestra la discrepancia que sientes por lo que dice o hace la otra persona, ella o el se van a dar cuenta igualmente. Yo creo que no decir nada y mostrar desaprobación no verbal es más "políticamente incorrecto" que expresar clara y asertivamente tu opinión discrepante. Pero bueno, eso es sólo mi opinión. Gracias por enriquecer el blog con tus comentarios.
ResponderEliminarHi ha un exercici molt interessant en el que et mostren diferents cares de persones amb canvis gairebé imperceptibles en la seva expressió. es tracta de reconèixer en les imatges els sentiments que estan experimentant. És molt divertit i t´adones com n´és d´impotant l´expressió de la teva cara, un dels elements de la comunicació no verbal. Els grans actors de cinema es caracteritzen per contolar a la perfecció el seu gest, de manera que gairebé sense parlar són capaços de transmetre moltes coses. Per exemple, Morgan Freeman, n´és un crack...així que difícil transmetre a un interlocutor una cosa que en el fons no sentim. Ens "pillarà"
ResponderEliminarAquest exercici serveix per desenvolupar la nostra capacitat per calibrar informació visual (en aquest cas expressions de cares). També el podem fer per desenvolupar la nostra capacitat per calibrar estímuls sonors (aspectes relacionats amb la veu) i cinestèsics (aspectes relacionats amb el tacte com la temperatura de la pell, la força amb la què ens donen la mà....). Un món fascinant!
Eliminar