20. Yo procrastino, tú procrastinas, él procrastina.




"Vicente, ¿tienes lista la actualización del catálogo de productos de esta temporada?. Recuerda que la necesito para la reunión de la junta de mañana".
Vicente intentó camuflar su sonrojo entre la montaña de papeles que habitaba su mesa. "Si, descuide don Miguel. Mañana a primera hora la tendrá en su despacho".
Lo que más avergonzaba a Vicente no era el hecho de no tener lista la maldita actualización del catálogo. Lo que de verdad le fastidiaba era comprobar que no había sido capaz de completar esa aburrida tarea que hacía más de un mes que don Miguel le había encargado. Vicente resopló mientras por el rabillo del ojo veía como Ana sonreía maliciosamente. Seguro que ahora mismo debía estar pensando: "Lo ves Vicente. Te lo dije. No tienes que dejar siempre para última hora todas las tareas". Sí. Seguro que es lo que debía estar pensando doña perfecta en esos momentos.
Vicente se levantó de su silla y se dirigió a la máquina de refrescos del pasillo. Aquella reluciente máquina era la última adquisición de don Miguel. Oficialmente, la máquina era un premio que don Miguel había concedido a sus empleados en recompensa por los resultados obtenidos durante el ejercicio pasado. La visión de Vicente era muy diferente: "El jefe ha comprado la máquina para tenernos más controlados y evitar que salgamos de la oficina a tomar un café. ¡Maldito explotador capitalista!" Sea como fuere, el hecho es que se acercó a la máquina y sacó un refresco de cola. La tarde se presentaba muy, muy larga. Mientras bebía sin ganas su refresco en el "área de relax" (eufemismo utilizado por don Miguel para definir el cuartucho sin ventanas de cuatro metros cuadrados adyacente al pasillo donde se encontraba la máquina de refrescos) no paraba de preguntarse las razones por las que siempre posponía las cosas. De repente le vino a la memoria aquella sensación tan desagradable que había experimentado tantos domingos por la tarde cuándo ya no podía retrasar más el momento de hacer los deberes del colegio. O cuando en el instituto esperaba a encontrarse a 48 horas del examen para empezar a estudiar. O cuando en su primer trabajo como administrativo perdió un buen número de clientes (y de paso su empleo) por no dedicarse a llamarlos por teléfono para comprobar sus direcciones. Ahora que lo pensaba, tal vez sí que había pasado gran parte de su vida posponiendo las tareas, las decisiones, las conversaciones.
Vicente se acabó el refresco y encestó la lata vacía en la papelera. Había llegado el momento de cambiar. Mañana mismo, o durante el transcurso de los próximos días se pondría manos a la obra.

Procrastinar(Del lat. procrastinare).Diferir, aplazar.

Mucho se ha dicho y escrito sobre este hábito tan común. Algunos asocian la procrastinación a la holgazanería mientras que otros dicen que es consecuencia de un estado de bloqueo mental debido a un excesivo análisis de la situación (fenómeno conocido como "parálisis por análisis) que lleva al individuo a posponer una tarea para dedicarse a otra más gratificante. La procrastinación afecta gravemente a nuestro rendimiento y las empresas dedican una cantidad importante de recursos a combatirla.
¿Podemos nosotros hacer algo? Se me ocurren algunas ideas:
1- Reforzar nuestra motivación para llevar a cabo esa tarea concreta. Podemos recurrir (os remito a la entrada 18 de nuestro blog) a mecanismos de acercamiento al placer o alejamiento del dolor, o bien combinar los dos creando lo que se conoce como mecanismo propulsor.
2- Organizar nuestro trabajo: Definir lo que es importante y lo que es urgente. Crear un espacio (físico y temporal) libre de interferencias (teléfono, emails, Facebook, Twitter...).
3- Dividir las tareas más complejas en tareas más simples. Esta estrategia recibe el nombre de "chunking".
4- Compartir la tarea entre varios miembros del equipo, responsabilizándose de una parte. Esta "presión social" en el grupo puede ser efectiva para combatir la procrastinación.
¿Cómo lucháis vosotros contra la procrastinación? Me gustará oír vuestras estrategias personales y vuestras sugerencias.

8 comentarios:

  1. Jo procrarastin en totes aquelles tasques que em resulten més "desagradables" i així aconseguesc allargar el sentiment "desagradable" durant més temps, enlloc d'ésser proactiu i treure'm les tasques que menys m'agraden el més aviat possible. Jo procrastin i molta gent que conec també, a vegades fins i tot en les tasques fàcils i rutinàries. Vivim immersos en la procrastinació.

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  2. Una opció pot ser deixar de fer totes aquelles coses que ens resultin desagradables. Això és possible? Doncs no ho se, però estic segur que amb la filosofia "simplifica la teva vida" en podem reduir la quantitat de forma significativa. Si ho penses segur que hi ha alguna cosa del tipus "això s'ha de fer" o "això toca fer-ho" que en realitat si no ho fas no passa absolutament res. Perdó, si que passa una cosa: Que téns més temps per fer les coses que sí que vols fer!

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  3. Anónimo17:17

    és curiós però mai havia sentit aquesta paraula! estic acostumada a paraules com esforç, sacrifici...o d'altres quan penso en aquelles tasques que desenvolupo però que no m'agraden.
    jo personalment em dono petits premis a mesura que assoleixo la tasca. fent referència a l'entrada anterior crec que tot es basa en saber trobar algo positiu que ens motivi en cada moment, com pot ser una gominola, escoltar aquella cançó tant xula o estar 5 minuts no pensant en res... he de dir que d'aquesta manera tampoc penso en sacrifici o esforç (paraules que més aviat m'evoquen sensacions negatives)

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    1. Donar-se petits premis. Una idea interessant per mantenir la motivació necessària.

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  4. Estic amb tu, Jordi, hi ha tasques que si no les fas no passa absolutament res i això ho vas aprenent amb el pas del temps( en el meu cas potser massa temps...jajaja..) . També volia comentar una cosa: no us ha passat mai que hi ha coses que no les feu perquè realment "intuiu" que alguna cosa passarà que es resoldran per la teva "no intervenció"? o sí que potser estàs intervenint en la no intervenció. Quin embolic!!! Tindrà alguna cosa a veure la física quàntica en tot això? només sent observadors la realitat es transforma?

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    1. Aquest argument de la "no intervenció" com a forma de "intervenció" segur que agradarà molt als procrastinadors, ja,ja. Interessant punt de vista.

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  5. Anónimo21:39

    Hola, no soy perfeccionista, soy maniática, intento que no se me acumulen las tareas y las hago con inmediatez, pero sólo consigo no tener tiempo de descanso, un ejemplo muy simple sería, estoy sentada en el sofá viendo la tv con mi familia , me levanto a por unas galletitas y me levanto tantas veces como galletitas hay para dejar en la bolsa de basura los envoltorios, todo para . que no se me acumule la tarea y me encuentre al día siguiente algo por llevar a la basura.. Total un completo desastre. Pero ahora mismo inspiro y me digo no soy procrastina , soy el otro extremos que necesita una história bellamente contada y sembrada que de sus frutos. Gracias

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    1. Está claro que tú no procrastinas. Tengo una pregunta para tí: ¿Y qué te pasa si dejas que los papeles se acumulen? ¿Qué sientes? ¿Dónde? Eso es otro tema también muy interesante. Gracias por tu presencia en el blog.

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