22. Buda, Steve Jobs y mi tío Paco.

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"Eso es todo señores. Nos mantendremos en contacto". Los tres hombres de negro se levantaron de sus sillas, recogieron sus ordenadores portátiles en silencio y salieron del despacho dejando a Pedro inmerso en sus pensamientos.
Pedro recordaba su primer día de trabajo en la empresa, su ilusión y sus miedos. Su ascenso meteórico hacia puestos de responsabilidad cada vez mayor. Su nombramiento como gerente de la empresa. Todo había pasado tan deprisa....Y ahora se veía obligado a tomar una decisión muy importante. Tal vez la decisión más importante de los últimos diez años. Las ventas de la empresa habían ido cayendo de forma progresiva en los últimos cinco años. La crisis, los gustos cambiantes de los consumidores, la competencia feroz....en fin, los argumentos de siempre.
Y cuando ya lo daba todo por perdido había aparecido ese grupo inversor alemán  dispuesto a comprar toda la empresa a un precio más que razonable. ¿Qué debía hacer?, ¿debía aconsejar la operación al consejo de administración?, ¿ debía mostrar sus reticencias a la compra?, ¿cúales eran las intenciones últimas del grupo germano?, ¿mantendrían los puestos de trabajo o revenderían la empresa al mejor postor? Pedro se sentía apabullado. Se veía incapaz de tomar una decisión.
Mientras contemplaba las tres sillas, ahora vacías, de los hombres de negro tuvo una idea. Una idea un poco absurda pero al fin y al cabo una idea que lo podía sacar de aquel atolladero.
Imaginó que esas tres sillas estaban ocupadas por tres personas, tres consejeros, tres maestros que lo ayudarían a tomar esa difícil decisión. Para la primera silla no tuvo dudas. Allí se sentaba Buda. Le hizo gracia la idea ya que él no sabía prácticamente nada sobre Buda y el budismo y a pesar de ello no vaciló a la hora de adjudicarle la primera silla. La segunda silla también fue fácil. Sería para Steve Jobs. Le parecía una figura admirable. Un visionario, un hombre de éxito...si, si, definitivamente la segunda silla era para él. ¿Y la tercera?, ¿quién se iba a sentar en la tercera silla? Inicialmente, su mente en blanco. Tenía que ser alguien especial. De repente, lo vio claro. La tercera silla la ocuparía su tío Paco. El tío Paco era el hermano menor de su padre. Cuando Pedro era un chiquillo sus padres lo mandaban al pueblo por vacaciones, a casa de sus abuelos y con el tio Paco que por entonces era un joven de veintipocos años. El tío Paco era ese hermano mayor que Pedro nunca tuvo y aunque sólo se vieron durante unos pocos veranos (después el tío Paco se convirtió en don Francisco y se marchó a Chile  a trabajar como profesor de literatura hispánica), la huella que dejó en su mente y en su corazón fue imborrable.
Pedró sonrió y se acomodó en su butaca dispuesto a escuchar lo que sus tres mentores tenían que contarle.
El cambio de posición perceptual es una técnica muy utilizada tanto en coaching como en programación neurolingüística (PNL). En ocasiones nos sentimos bloqueados en mitad del camino y no somos capaces de continuar. Muchas veces necesitamos "salirnos" de nuestro marco de referencia (con sus creencias y valores) para poder contemplar la realidad desde un ángulo completamente diferente. El hecho de adoptar el punto de vista de otra persona nos puede facilitar la salida de ese estado de bloqueo. Lo interesante es que aunque (obviamente) desconocemos lo que pensaría Buda, Steve Jobs o el tío Paco de nuestra situación particular, eso no impide que al imaginarlo descubramos puntos de vista totalmente nuevos para nosotros. ¿Tenéis algún tema por resolver y os sentís bloqueados? ¿Habéis elegido ya a vuestros tres mentores? Os invito a experimentar.

3 comentarios:

  1. Anónimo20:20

    Lo experimentaré cuando en una situación de bloqueo. Muchas gracias

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  2. Anónimo14:21

    Tiene algo que ver con la empatía? O es otra forma que desconozco y que debo poner en práctica? Un abrazo y gracias por la reflexión

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    1. La empatía sirve para entender mejor la posición de otra persona y así mejorar nuestra comunicación con ella. En este caso se trata de imaginar qué pensaría esa persona de nuestra situación. De este modo conseguimos despojarnos de nuestras creencias (adoptando las que pensamos que puede tener la otra persona) y adquirimos una perspectiva totalmente diferente y nueva de nuestra situación. Y es en ese punto cuando, en ocasiones, emerge la solución que buscábamos. Gracias por comentar.

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