65. La Inutilidad del Fracaso.

Publicado originalmente el 15/10/2012 en Jux.com


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Existen algunas palabras que ejercen un efecto paralizante en las personas. Una de ellas es la palabra “fracaso”. De hecho, algunos idiomas no disponen de una palabra exactamente equivalente a nuestro “fracaso”. Muy frecuentemente tenemos la tentación de clasificar el resultado de nuestras acciones, y las de los otros, como éxitos y fracasos. Este modo de clasificación dicotómico resulta poco útil ya que no aporta información de calidad y se trata más bien de un juicio de valores. “Esto esta bién, esto esta mal. Esto es bueno y esto es malo”. El coaching nos enseña que el resultado de nuestras acciones es simplemente eso. Un resultado. Si ese resultado se ajusta a mis expectativas seguiré por el mismo camino. Si por el contrario, ese resultado no es el que yo esperaba pues haré otra cosa diferente (o de diferente manera). La palabra “fracaso” es también muy dañina para nuestra autoestima. Por ello, hablar de “resultados” es mucho más saludable.

Thomas Eddison diseñó mil prototipos de bombilla antes de encontrar el que funcionaba como él esperaba. Cuentan que en una entrevista un periodista le preguntó: “Lo más admirable señor Eddison es que después de cosechar mil fracasos usted haya tenido la fuerza de voluntad para continuar investigando y llegar finalmente al éxito con este invento”. Tras meditar unos segundos Eddison respondió sorprendido: “¿Mil fracasos? ¡Qué curioso! Nunca me lo había planteado de este modo. Yo me decía que había descubierto mil maneras de hacer una bombilla que no funcionaba”.

Tal vez, si el señor Eddison hubiese tenido la palabra “FRACASO” en su vocabulario, estarías leyendo este blog a la luz de las velas. ¿Todavía no has borrado esta palabra de tu diccionario? ¿A qué esperas?

9 comentarios:

  1. olga esparch21:41

    Tantes persones que creuen que han fracassat que ja no tenen forces per intentar res de nou. M'agrada que parlis de l'autoestima, una paraula que paralitza i inferioritza a tantes persones, sobretot dones

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  2. Estic d'acord amb tú, Olga. Creure que jo sóc els meus resultats és un error. Jo sóc jo i els meus resultats només son els meus resultats. És tan fàcil d'entendre...

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  3. Anónimo12:15

    Boníssim aquest article. Impresionant veure com la positivitat es la font del èxit.

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  4. Anónimo12:49

    M'ha agradat força l'article. De fet, una de les paraules més perverses que pot haver és fracassat. Sembla que s'està sentenciant a una persona i que no se li dóna cap altra oportunitat de tornar-ho a intentar.

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  5. Anónimo12:54

    M'ha agradat molt!!! Ho he de aplicar a la meva persona, un munt.

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  6. A veces el resultado es una patata caliente..... Se puede soltar pero shora te queda saber como curar las heridas... Yo creo que eso es peor que el fracaso en sí. Pero cierto todo lo que explicas.
    Besos

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  7. Pero si solo son resultados y nada más que resultados, entonces no se cuestiona nuestra valía. No se trata de hacer un juicio de valores sobre esos resultados. No se trata de decir soy una persona exitosa o soy una persona fracasada. Más bien se trata de decir que estos resultados son o no son los que yo esperaba tener. Actuando así (no digo que sea fácil. creo que debemos practicar para conseguirlo) es difícil que se produzcan "heridas". Gracias por todos vuestros comentarios.

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  8. Alba21:04

    Sempre havia pensat que els fracassos formen part de la vida i no ens n'hem d'avergonyir... L'article em fa pensar i em descol·loca. Aleshores tampoc hi ha èxits dels que enorgullir-nos quan aconseguim allò pel que lluitem?

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    1. Efectivament. Crec que una manera més sàvia (o almenys més útil) de veure les coses és pensant que només hi ha accions (que nosaltres decidim fer) i que comporten uns resultats. Si aquests resultats s'ajusten a les nostres expectatives o no és una altra qüestió. Aquest allunyament emocional dels "resultats" facilita la desidentificació amb ells. I això encara és millor. Però de la desidentificació en podem parlar en una altra ocasió....

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