71. El Silencio.

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Hace unos días vivimos el solsticio de verano.

Una fecha conmemorada por muchas civilizaciones desde hace milenios. En estas latitudes el solsticio de verano lo celebramos con fuego. El fuego es el elemento purificador. Hora de quemar lo antiguo, lo que ya no nos es útil. Hora de vaciar, de crear espacio para albergar nuevas experiencias y aprendizajes. Hora de reflexionar sobre el camino recorrido.

Tras el solsticio de verano he decidido eliminar lo superfluo para centrarme en lo esencial. Abandono Facebook y Twitter. Desactivo las notificaciones automáticas de correo entrante. Cierro la cuenta de Instagram. Salgo de los grupos de Whatsapp. Me alejo del barullo de las redes.

También dejo de escribir en el blog porque si lo que quiero decir no me parece mejor que el silencio, entonces no vale la pena escribirlo.

Gracias a tod@s los que durante esta temporada me habéis acompañado. Seguro que si os apetece hablar conmigo sabréis encontrarme.



“Sentado tranquilamente en silencio, sin hacer nada, la primavera llega, y la hierba crece por sí sola”. (poema zen)

3 comentarios:

  1. Anónimo13:16

    Añoraré leer cosas nuevas tuyas. Me hacía ilusión reflexionar con lo que escribías.
    Muchas gracias por todo lo que has escrito y compartido.
    Disfruta de la nueva temporada que inicies!!!
    Un gran saludo.
    Sofía

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  2. Després de tot el que has escrit aquest silenci diu molt. Gràcies per compartir tants camins, si no arribam serà que preferim seguir voltant.

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  3. Yo tambien echare en falta los motivos de reflexion que aportas con estos mini capitulos y superfotos.
    Un abrazo

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