70. Dime que me quieres.

Publicado originalmente el 26/10/2012 en Jux.com 


Estaban los dos sentados en la sala de espera y todavía no entendían qué hacían allí. Lucía y Óscar llevaban mucho tiempo juntos y siempre habían pensado que se querían aunque en los últimos tiempos las cosas, sin saber porqué, habían empezado a torcerse. Un amigo común les sugirió la idea de visitar a un terapeuta. Movidos por una mezcla de curiosidad y esperanza accedieron.

“Bueno Óscar, pues cuéntame en qué puedo ayudarte.” Óscar miró a Lucía y tras unos segundos de vacilación contestó: “Lucía dice que no la quiero. No entiendo porqué dice eso. Yo la quiero muchísimo y de hecho me paso el día diciéndole lo mucho que la quiero y lo importante que ella es para mí” . Sin mediar palabra el terapeuta dirigió su mirada hacia Lucía que rápidamente replicó: “Ya, pero ¡nunca me abrazas! ”. Óscar y Lucía se miraron mutuamente con extrañeza, en silencio, mientras el terapeuta esbozó una leve sonrisa.

Los seres humanos no podemos acceder a la "realidad" en estado puro. En su lugar, accedemos a un gran número de estímulos sensoriales (imágenes, sonidos, olores, sabores y sensaciones táctiles básicamente) que son captados por nuestros órganos de los sentidos y posteriormente filtrados y procesados por nuestra mente. Con toda esa información elaboramos un complejo mapa que constituye "nuestra realidad". Cuanto más rico y flexible sea nuestro "mapa de la realidad", mejor nos desenvolveremos en este mundo y mejores serán nuestros resultados. 

La PNL (Programación Neurolingüística)  nos habla de los sistemas de representación, que son los puentes que conectan nuestra mente con el mundo exterior y que coinciden con los cinco sentidos. Los sistemas de representación más importantes son el visual, el auditivo y el cinestésico (tacto y sensaciones internas). Aunque somos capaces de usarlos todos, siempre tenemos preferencia por alguno de ellos. Por ese motivo, en determinadas circunstancias somos más “visuales”, “auditivos” o “cinestésicos”. Si le pedimos a un individuo “visual” que piense en sus últimas vacaciones, su mente empezará a generar imágenes y para transmitirlas utilizará palabras que hacen referencia al sistema visual (p.ej Era una playa de arena blanca y el agua era tan transparente que podías verte los pies muy nítidamente....). Por el contrario un individuo “cinestésico” nos dirá que recuerda perfectamente como el sol calentaba su piel y el escalofrío que notó por todo el cuerpo al sumergirse en el agua fría. Probablemente también recordará como la brisa acariciaba su piel. Los individuos visuales necesitan ver para entender mientras que los auditivos necesitan oír y los cinestésicos sentir. Una de las causas más frecuentes de falta de sintonía e incluso de franca incomprensión entre dos personas es el hecho de utilizar sistemas de representación distintos en su comunicación. En esas situaciones las dos personas no son capaces de entenderse porque están hablando “idiomas diferentes” aunque en realidad quieren decir lo mismo. 

Si somos capaces de combinar los tres sistemas de representación en nuestra comunicación diaria, ésta se volverá mucho más eficaz. Esto es especialmente cierto si nuestro trabajo requiere que nos comuniquemos con muchas personas (maestros, políticos, conferenciantes, vendedores, escritores...).

¿Cómo lo veis ? o tal vez debería preguntaros ¿Cómo os suena lo que acabo de decir?

Espero que Óscar y Lucía por fin lo hayan entendido.

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