7. 80 Billones
Mientras María se miraba en el espejo no dejaba de preguntarse si aquella persona era la misma de ayer. Aparentemente nada había cambiado: El mismo peinado, la misma mirada, la misma piel, los mismos labios...Pero algo le decía que ella ya no era la misma mujer. Desconcertada se sentó al borde de la cama y, como si de una autómata se tratase, encendió el televisor del dormitorio con el mando a distancia. Tras unos segundos de frenético zapping, la imagen de un presentador con aspecto de viejo sabio llamó poderosamente su atención. Instantáneamente su pulgar derecho dejó de machacar el botón de cambiar canales del mando y permaneció suspendido en el aire como por arte de magia. María prestó atención a lo que decía ese presentador del programa matinal de ciencias. "El cuerpo humano está constituido por unos 80 billones de células. Éstas se renuevan a una velocidad de 2000 millones al día. Eso implica que cada minuto un millón de células mueren, dejando de existir y al mismo tiempo un número similar de células nacen y pasan a formar parte de nosotros. Como promedio se considera que en 10 años se han renovado todas las células (a excepción de neuronas y algunas más) de un ser humano". El pulgar derecho de María recuperó su movimiento y cayó suavemente sobre el botón de apagado del mando. María se levantó bruscamente de la cama y se situó de nuevo ante el espejo. Ahora ya sabía que ella no era la misma persona que ayer, ni que hacía una hora, ni tan sólo un minuto. De hecho, cada minuto un millón de pequeñas Marías morían para dejar paso a un millón de pequeñas nuevas Marías en una palpitante danza de vida, muerte, movimiento y transformación. Esa nueva idea de su persona la inquietaba un poco. "Entonces", se preguntó, "¿Quién soy yo?" o mejor dicho, "¿Qué soy yo?". Incapaz de darse una respuesta convincente, decidió ponerse el casco y salir a dar una vuelta en moto. Mientras dejaba atrás el bullicio de la ciudad resonaban en su cabeza algunas de las palabras del viejo sabio: "80 billones de células. 2000 millones al día. 1 millon cada minuto. En 10 años se han renovado todas las células...." De repente, se puso a pensar en la María de hacía 10 años. En aquella época tenía 20 años, estudiaba en la Facultad de Derecho y era feliz, muy feliz. Según su reciente descubrimiento, de aquella feliz María ya no debía quedar prácticamente nada. Una profunda tristeza invadió todo su ser. Detuvo su moto en un margen de la carretera, se quitó el casco lanzándolo con furia contra el tronco de un inmenso árbol y con los ojos llenos de lágrimas se adentró en el bosque.
No tenía rumbo, sólo quería escapar de todo. Quería volver a ser esa María feliz, muy feliz de diez años atrás. Y ahora sabía que eso era imposible. Esa María había dejado de existir poco a poco para dar paso, a la actual María. "¿Quién soy yo realmente?" Cansada de andar sin rumbo se detuvo unos instantes. Cerró los ojos y se dejó embriagar por el aroma del bosque de mediados de verano, por la sinfonía de cigarras que cantaban sin cesar. Y en mitad de tal algarabía un ligero ronroneo, apagado pero contínuo. Aún con los ojos cerrados María orientó su cuerpo en dirección a la fuente de ese nuevo sonido y empezó a andar. El sonido cada vez se oía más claro, mejor definido. Al cabo de unos pocos metros abrió los ojos y se dió cuenta que había llegado a la orilla del río. Sorprendida se sentó en el suelo y se quedó contemplando su imagen reflejada en el agua. Y entonces lo entendió todo. Aquella María de hacía diez años continuaba viva porque en realidad no era más que una idea. Nuestras células nacen y mueren constantemente pero nuestra identidad perdura porque es una idea. Y aunque nosotros no podemos controlar la vida y la muerte de nuestras células sí que podemos controlar la idea que tenemos de nosotros mismos. Eso es nuestra identidad. Y las creencias son ideas, y los miedos son ideas y nuestras dudas también son ideas. Y lo mejor de todo es que las ideas y los pensamientos los creamos nosotros, nos pertenecen y por lo tanto tenemos el derecho y el poder para modificarlos a nuestro gusto. Y cuando aprendemos a hacerlo nos convertimos en los seres más poderosos del Universo. Ya en casa, volvió a mirarse en el espejo. Y reconoció a la María feliz de diez años atrás. Sonrió y se dió cuenta que esa María siempre había estado allí, nunca se había marchado y, si ella quería, estaría allí para siempre.
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"... el derecho y el poder de modificarlos a nuestro gusto". Como si fuera tan fácil. Como si solamente tomando la decisión todo empezara a cambiar. Como si fuera tan fácil cambiar el curso del rio.
ResponderEliminarEs que lo sorprendente es que sólo tomando la decisión sí que todo empieza a cambiar. Lo que sucede es que en ocasiones esperamos que el cambio venga de fuera cuando en realidad el único cambio procede de dentro. Estoy de acuerdo en que lo más cómodo es seguir el curso del río aunque algunos hábitos pueden tener consecuencias peligrosas. https://ilimitscoaching.jux.com/575536 Gracias por tus comentarios.
ResponderEliminarCreo que soy un experto en decidir. He decidido tantas cosas, tantos cambios, tantos voy a empezar... Sin embargo he llevado a cabo tan pocas... ¿Qué siginifica realmente DECIDIR? ¿Por qué cuesta tanto arrancar? ¿Dónde está el truco?
EliminarArrancar cuesta a veces porque significa abandonar nuestro espacio de confort. Lo curioso es que aunque no estemos cómodos en ese espacio, el miedo a abandonar lo conocido muchas veces supera las ganas que tenemos de cambiar. ¿El truco? La PNL es magia en acción y por lo tanto nos proporciona algunos "trucos" para aprender a "arrancar": Mecanimos propulsores, trabajo con creencias, submodalidades, anclajes.....a lo largo de este blog los iremos descubriendo.
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