30. Quien Canta su Mal Espanta.

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"¿Todavía no te has puesto el pijama?" dijo Lucía mientras miraba severamente al pequeño Carlitos.
"Te he dicho mil veces que si quieres quedarte con papá y mamá viendo la tele tienes que llevar el pijama puesto porque si no luego te duermes y tenemos que desvestirte y ponerte el pijama nosotros"
"Es que me he olvidado mamá..." balbuceó Carlitos. "No pasa nada cariño. Ahora te levantas, vas a tu habitación, te pones el pijama y vuelves con nosotros" respondió Lucía.
Un escalofrío recorrió el cuerpecito del niño. Su madre le había dicho que se fuese a su habitación para ponerse el pijama. Lo que ella no había tenido en cuenta es que para llegar a su habitación debería atravesar el oscuro pasillo. Ese pasillo que durante el día era una auténtica pista de tenis donde Carlitos y su hermano emulaban a los Borg, Federer y Nadal y que al caer la noche se transformaba en un auténtico pasaje del terror habitado por monstruos espeluznantes ávidos de carne fresca.
Carlitos estaba aterrorizado. Paralizado por el miedo contemplaba el oscuro pasadizo desde el umbral de la puerta del comedor.
"Vamos Carlitos. ¿A qué esperas?" refunfuñó su padre desde el sofá.
El pequeño continuaba con los pies clavados en el suelo incapaz de avanzar ni un milímetro. Los monstruos que nacían de la mente del niño se extendían invadiendo la totalidad del pasillo. Serpientes gigantes que trepaban por las paredes del pasillo como si de una hiedra voraz se tratase. Ogros con bocazas armadas de afilados dientes agazapados en el suelo. Brujas feísimas revoloteando nerviosamente alrededor de las lámparas apagadas....
Y de repente el asustado de Carlitos se sorprendió cantando una de las canciones que había aprendido en el colegio aquella misma semana:

"Que llueva, que llueva, la Virgen de la Cueva, 
los pajarillos cantan, 
las nubes se levantan, 
que sí 
que no, 
que caiga un chaparrón 
con azúcar y turrón, 
que rompan los cristales 
de la estación."

Al principio sólo era un susurro pero al acabar la canción Carlitos empezó de nuevo esta vez un poco más fuerte. Y al llegar al final otra vez a empezar. Y fue entonces cuando Carlitos se asombró al ver que cuanto más fuerte cantaba menos monstruos veía y cuántos menos monstruos veía menos miedo sentía. Satisfecho por su descubrimiento empezó a avanzar con paso decidido hacia su habitación. El pasillo seguía a oscuras aunque algo había cambiado. El sonido de su voz cantando esa cancioncilla impedía que apareciesen serpientes, ogros o brujas. Era como si en su cabecita no hubiese espacio suficiente para monstruos y canciones a la vez.
Al cabo de unos instantes Carlitos regresó triunfal al comedor con el pijama puesto y una gran sonrisa dibujada en su cara. Había aprendido a controlar su miedo.
Subió de un salto al sofá para colocarse en medio de sus padres. "¿Empezamos a ver la película?"
Sus padres se miraron y sonrieron: Carlitos estaba creciendo.
La Programación Neurolingüística (PNL) da mucha importancia a las estrategias. De hecho, todos nosotros tenemos múltiples y variadas estrategias. Cuándo tomamos una decisión seguimos una estrategia, cuando nos motivamos seguimos una estrategia, cuando nos asustamos seguimos una estrategia....
Todas las estrategias siguen un mismo patrón: Se trata de una secuencia precisa  de representaciones mentales (visuales, auditivas y/o cinestésicas principalmente) que conducen a un resultado final.
A veces hablo con personas que quieren desprenderse de una fobia que los ha acompañado durante años y se sorprenden cuando les pido que me den indicaciones precisas para convertirme en un experto en su fobia. ¿Qué tengo que hacer exactamente para tener fobia a las ratas? le pregunté una vez a una chica. 
Tras el lógico desconcierto inicial me dijo que primero debía ver la imagen de una rata (debía ser una imagen en color y en movimiento), después tenía que decirme a mi mismo: "¡Oh! ¡Qué asco una rata!". Seguidamente debía notar una sensación de opresión en el pecho que iba moviéndose en modo circular de atrás a delante y con cada ciclo la sensación de opresión debía aumentar. Esta era su estrategia para tener una reacción fóbica a las ratas.
Un aspecto interesante (muy interesante) es que si  alteramos alguno de los pasos de la secuencia de una estrategia ésta deja de ser efectiva y no produce el resultado habitual.
Carlitos descubrió que al introducir un estímulo auditivo (él cantando la canción de "Que llueva, que llueva"), su estrategia para tener miedo se desbarataba.
¿Os imagináis todo lo que podéis hacer para desbaratar estrategias que conducen a un resultado que no os gusta? Como siempre, os invito a experimentar. Buena suerte.

3 comentarios:

  1. Es sorprnent que sigui tant senzill inhibir la por, que es una vivencia molt arrelada al'interior nostre. Penso que minimitzem l'impacte emocional de l'experiencia, per la por es dins teu

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  2. El més interessant és descobrir les nostres estratègies i comparar-les amb les d'altres persones i si ens agraden més, adoptar-les. D' això la PNL en diu "modelar".

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  3. Molt interessant! Convidaré a na Ines a lletgir aquesta entrada, i alomillor afegint alguna xerrada durant un matí relaxat a la casa d'estiu, aconseguim que es tregui de sobre la gran fòbia a les aus que la peresegueix desde la infància. Seria increïble !

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