60. Secretos traídos de Oriente.



Elena llevaba una temporada demasiado larga sintiéndose mal. Con los nervios a flor de piel, vivía cada uno de sus días montada en su particular montaña rusa emocional. Anhelaba la calma y en su lugar se veía obligada a navegar en un mar de tsunamis. Primero, siendo como era una chica muy racional, optó por la vía farmacológica. Cuando el pequeño armario botiquín del cuarto de baño almacenó más ansiolíticos que la farmacia del barrio, entendió que esa no era la vía. Entonces empezó a explorar nuevos caminos que la llevasen a recuperar su bienestar. Tardó varias semanas en darse cuenta de que la solución no se encontraba "allí fuera". La solución se encontraba "ahí dentro". Pero, ¿qué debía hacer exactamente con sus emociones?. ¿Cómo gestionarlas de otro modo más útil? Los días transcurrían y la lucha contra sus pensamientos y emociones era ya una auténtica batalla campal. Elena se consumía.

En ese mismo momento empezaba una entrevista en la radio local. Un hombre de voz cálida y pausada explicaba su receta para conseguir el bienestar perpétuo.

"Primero debes aprender a percibir la emoción que estás experimentando en este preciso instante. Tras percibirla debes ser capaz de etiquetarla. Debes ser capaz de decir: Ahora me siento frustrado o ahora me siento tranquilo o cualquiera que sea la etiqueta que le pongas a la emoción que estás sintiendo ahora. El tercer paso es aceptar tu emoción sin juzgarte. O sea que debes olvidarte de las frases tipo: Soy imbécil por sentirme triste. El cuarto paso es imaginarte tumbado sobre la verde hierba de un prado contemplando el cielo azul y las nubes blancas que lo cruzan. Una nube que aparece, que pasa por delante de nuestros ojos y que se marcha tal y como ha llegado. No permitas que ningún pensamiento o emoción se quede pegado a ti demasiado tiempo. Deja que circulen como las nubes impulsadas por la suave brisa o el agua que fluye tranquila por el riachuelo. Sigue estos sencillos cuatro pasos, mantén tus ojos y tu corazón bien abiertos al mundo y gozarás de la felicidad tranquila de los sabios".

Espero que hoy Elena haya puesto la radio como suele hacer cada día mientras se prepara la cena.

Foto: www.flickr.com/photos/bagger2009/3733140324

6 comentarios:

  1. Anónimo10:09

    Muy bueno! Gestión emocional.

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    1. Gracias Òscar. Simplemente unos consejos para sentirnos mejor. Espero que te guste el blog y que puedas hacer difusión. Un saludo!

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  2. Anónimo19:57

    No haces diferencia entre emociones y pensamientos??

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  3. Aunque emoción y pensamiento (y corporalidad) son aspectos distintos de nuestra experiencia, los tres están íntimamente ligados. Por eso si un pensamiento persiste y se nos queda "pegado" es posible que la emoción ligada a ese pensamiento también quiera persistir. No obstante la PNL nos da algunas herramientas para debilitar o cortar (y también para magnificar y aumentar) el vínculo entre pensamiento y emoción.

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  4. Anónimo9:11

    Siempre hay algo que hace que tus emociones se descontrolen, culpa, resentimiento, miedo.
    El PNL te reprograma la mente para romper esa asociación ?

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  5. La PNL puede "programar" otras asociaciones. De hecho, los anclajes (una técnica muy conocida en PNL) se basan en crear nuevas asociaciones entre pensamiento/sensación/emoción. Es interesante observar como estos tres elementos se influencian mútuamente. Pero también existen otras estrategias que no se basan en el "control" de las emociones. Se basan en su comprensión más profunda.

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