62. Exceso de Equipaje


Cuando Guillermo recibió la llamada estaba en su despacho apurando el tercer café del día. Eran las diez de la mañana. El día se presentaba otra vez complicado. La musical y algo nasal voz de Clara lo convocaba a una reunión en el despacho del director en cinco minutos. Tras colgar el teléfono Guillermo abrió el primer cajón de su escritorio, cogió el paquete de tabaco recién estrenado y salió pitando del despacho en dirección a la azotea. Podía fumarse un cigarro más, aunque en modalidad aspiradora, antes de ir a la reunión.
"Buenos días Guillermo. Anda, pasa y siéntate, por favor."
"Gracias Antonio. Clara me ha dicho que querías verme."
"Efectivamente. ¿Un café?"
"No, gracias. Hoy ya llevo tres."
"De acuerdo. Mira Guillermo, como ya sabes esta maldita crisis nos está pasando factura a todos. Nuestra empresa siempre se ha caracterizado por saber situarse uno o dos pasos por delante de la competencia y gracias a eso nos mantenemos vivos y, desde mi modesto punto de vista, con una relativa buena salud. Aunque desgraciadamente algunos de nuestros accionistas no paran de quejarse. No dejan de llamarme casi a diario protestando porque el importe del dividendo que acabamos de repartir es inferior al del ejercicio pasado. Y tienen la desvergüenza de llamarme desde una playa de Cancún o Santo Domingo mientas se tuestan al sol y se cuecen a base de piñas coladas y mojitos. Pero en fin, ¡qué le vamos a hacer! Así es la vida. Unos se rompen los cuernos trabajando para que otros puedan disfrutar de una vida tranquila y sin sobresaltos..."
"Perdona que te interrumpa Antonio, pero es que en el despacho estamos muy ocupados. ¿Para qué querías verme exactamente?"
"Tú siempre tan directo Guillermo. Me encanta. Tienes razón. Todos estamos muy ocupados y el tiempo es oro. Mira, el consejo de administración ha decidido abrir una nueva delegación en Shanghai y queremos que tú la dirijas. Habían otros dos candidatos para el puesto, Rubén y Alicia, pero he convencido al consejo de que tú eres el mejor. Tú eres mi candidato y por eso quiero que ocupes el cargo."
"¿Shanghai? ¡Caray Antonio! Podrías haberme dicho algo antes, ¿no?"
Antonio se quedó en silencio observando a Guillermo. Se creó una pausa incómoda que finalmente el director rompió con un sobreactuado suspiro de fastidio.
"Escúchame bien Guillermo. Es la hora de los valientes. Dime si puedo contar contigo. No quiero tener la impresión de que me he equivocado. Yo siempre apuesto a caballo ganador y todo el mundo lo sabe. Necesito una respuesta ahora. ¿Estás con nosotros o no?"
Guillermo se removió en la butaca de piel. Esa butaca tan cara y hasta entonces tan cómoda parecía incapaz de contener su angustia que empezaba a desparramarse por todo el despacho.
"De acuerdo Antonio. Cuenta conmigo."
"Perfecto. Estaba seguro que no me decepcionarías y así se lo hice saber al consejo. Bueno, puedes volver al trabajo. Después te llama Clara y te comenta los detalles."
Un minuto y veinte segundos después Guillermo estaba de nuevo en la azotea aspirando compulsivamente otro cigarro más.

Los días siguientes pasaron volando. Se sucedieron entrevistas, videoconferencias, visitas al consulado, redacción de memorándums, revisiones médicas...Su vida se complicaba todavía un poco más. Debía renunciar a muchas cosas: La familia, los amigos, su piso con una hipoteca recién estrenada que debería alquilar o vender, la moto que había restaurado pacientemente durante las mañanas de domingo de los últimos tres años y que ya no podría estrenar. También debía renunciar a Sensei, el setter inglés que él y su hermano habían rescatado de la perrera ante el pelotón de fusilamiento y con el que disfrutaba de largas caminatas por el paseo marítimo de la ciudad y a los chocolates con churros que endulzaban muchas tardes de invierno en la cafetería de la plaza Mayor. Debía renunciar a todas esas cosas que daban sentido a su vida y a muchas más. Pero lo haría porque quería triunfar. Quería demostrarle a Antonio que no se había equivocado en su elección. Que él era el hombre adecuado. Que él también creía que estamos en este mundo para crecer, progresar y hacer cosas grandes. Que los retos están para aceptarlos siempre. Que hay cosas a las que no se puede decir no. Que nadie había dicho que la vida iba a ser fácil y cómoda. Que lo que no costaba un esfuerzo no valía la pena. Que no le daba miedo renunciar a cosas. Que él quería más, mucho más. Que su apetito era insaciable. Que era un caballo ganador.

"Lo siento señor. Lleva exceso de equipaje." Una amable empleada de Air France con sonrisa imperturbable tras el mostrador, sacó a Guillermo de su sueño.
"Perdón. ¿Cómo dice?"
"Digo señor, que no puede llevar consigo todo ese equipaje. Debe dejar algo en tierra."
"¿Dejar algo?, ¿quiere decir que debo...?. Es que no puedo...Lo necesito todo."
"Lo entiendo señor pero el avión va lleno. Lleve solo lo imprescindible, lo más importante y luego ya podrá..."
"¿Lo imprescindible?, ¿lo más importante?"
Guillermo dejó caer su equipaje de mano y al hacerlo notó que se liberaba de un gran peso. Parecía como si todas las expectativas que los demás habían depositado en él cayesen también al suelo junto con su equipaje de mano. La vida que se suponía que debía llevar estaba también en aquella bolsa de mano.
Aliviado, sonrió a la empleada amable.
"Lo dejo todo señorita. No voy a tomar ese vuelo."
Y ante la sorpresa de la mujer amable tras el mostrador y la indignación del resto de viajeros que hacía cola para facturar sus equipajes, Guillermo se marchó dejando una montaña de maletas detrás de si. Se sentía ligero y vital como hacía muchos años que no se sentía. Se movía rápido sin equipaje.

Si se apresuraba, tendría tiempo de dar un paseo por la playa con Sensei antes del aperitivo de mediodía.


10 comentarios:

  1. Lo ideal sería llegar a la conclusión que llega Guillermo sin que nadie te empujara a ello. Cuantos nos hemos visto reflejados en Guillermo en situaciones parecidas? Es bastante agradable ir soltando lastre aunque sea poco a poco y nadie nos entienda... Prueben y disfruten de la sensación...

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    1. Totalmente de acuerdo, pero en ocasiones las presiones sociales son muy grandes...director general en Shanghái!!! Seguro, han pensado que esta loco.

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    2. Tal vez ellos puedan pensar que está loco. Lo importante es que Guillermo descubre que estará loco si lo acepta (aunque sea in extremis).

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    3. Anónimo19:21

      Si uno no se da cuenta que la maleta que lleva es imposible de arrastrar, la vida un día u otro le hará darse cuenta de su error, es probable que luego sea demasiado tarde, como saber cuando parar?

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    4. Tal vez recordándonos a menudo nuestros valores. Ellos son nuestra carta de nevegación. La brújula que nos guía hacia nuestro destino. Es importante tener clara la jerarquía de nuestros valores.

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    5. Anónimo19:59

      Y si un valor importante es la responsabilidad ? Entonces estas perdido , siempre llevaras la mochila cargada. Quizás la clave no sean los valores , si no creer que no tienes límites

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    6. Yo creo que los límites existen, aunque generalmente están más lejos de lo que imaginamos (se nota que me gusta la frase porque hasta la pongo en mi web, ja,ja). Respecto la responsabilidad, ¿qué tiene de malo? ¿Qué entiendes por responsabilidad? ¿Ser responsable significa aceptar un cargo más importante en la empresa? Yo creo que no. Yo creo que eso es otra cosa. :)

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  2. Hola Jordi, m'agrada molt aquesta entrada. Només hi ha pressió si estàs perdut i si sense adonar-te passeges massa càrrega. El Guillermo portava la maleta massa plena des de fa temps.

    De cada vegada et va sortint més la vena literària i de cada vegada veig més propera la ....

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  3. I no s' allibera d' ella fins que no deixa caure la bossa a terra i trenca amb tot. Hauria estat més fàcil i saludable evitar que la maleta s'omplís tant.
    Gràcies pel suport. Tú també tindràs un exemplar signat i dedicat!!

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  4. Anónimo20:26

    Responsabilidad para mi es hacer lo que esperan de ti y también aquello que crees que debes hacer porque nadie lo hace, bien ...visto así parece una gulipollez , para que hacerse responsable de todo!! :) Aveces escribiendo te das cuenta de que eres víctima de tus errores, mañana empiezo a quitarme responsabilidades

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